El secreto para que tu lámpara alumbre continuamente
"Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas."
Éxodo 27:20 RVR 1960
En este pasaje del libro del Éxodo, el Señor habla con Moisés dándole instrucciones acerca del tabernáculo de reunión que debía construir y mas específicamente sobre las lamparas que debían alumbrar continuamente en éste sitio.
Pero me llama la atención la indicación tan precisa que recibe Moisés, le dicen que para que las lamparas ardan continuamente se debía utilizar un elemento especial, y se trata del aceite puro de olivas machacadas. Para obtener éste aceite, era necesario tomar las olivas y pasarlas por un proceso donde se exprimían con una especie de molino y se les extraía el aceite hasta la ultima gota.
El profeta Isaías (53:5-7 RVR 1960) declara: "Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por sus llagas fuimos nosotros curados... Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció y no abrió su boca.". Es decir que el mismo Señor Jesucristo, ese mismo que le dió la instrucción a Moisés, vino a este mundo, donde fué molido por nuestros pecados, es símbolo de esa oliva machacada. Sin embargo, el Señor le dijo a sus discípulos: "No os dejaré huérfanos, vendré a vosotros" (Jn. 14:18 RVR 1960) y tal como lo prometió vino a nosotros, comenzando en el día de Pentecostés como lo había profetizado por medio del profeta Joel. El Espíritu Santo es ese aceite puro, que ha sido derramado en nuestros corazones para darnos luz.
Por otro lado, el apóstol Pablo le pregunta a la iglesia en Corinto: "¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios." (1 Cor 6:19-20 NVI).
"El aceite que hace brillar el rostro..."
Nosotros somos esas lamparas y para que ardan continuamente debemos estar llenos de ése aceite, el cual es el Espíritu Santo, como dice el salmista: "El aceite que hace brillar el rostro..." (Sal 104:15 NVI). Si estamos llenos del Espíritu Santo, nuestras lamparas alumbrarán continuamente, el Señor nos ha llamado para que seamos luz en medio de las tinieblas y Hagamos brillar nuestra luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras..(Mt 5:16 NVI).
En conclusión, el secreto para que tu lampara alumbre constantemente debes seguir la recomendación que el apóstol Pablo les hace a los efesios, que no se embriaguen con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu (Efe 5:18 RVR 1960).
El Señor te bendiga!!
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